Algunas recomendaciones preanotadas habían sido inspiradas por un programa de actos preparados años antes en homenaje al día de los estudiantes, por una "Lista Naranja".
“El Clavo” tenía inspiración, lista y orientación propias; pero tal vez algún desliz a favor de los reformistas desagradó a algunos de la división y dos camaradas que se sentaban juntos, apodados "el gordo y el flaco" en homenaje a sus respectivos grosores, rompieron uno de, los cuatro ejemplares trabajosamente dactilografiados.
Protesté indignado y sentí hacia ellos un odio terrible. Pero los jóvenes no tienen ni vocación para el odio ni para eternizar el rencor y en tal forma evoluciinaron las relaciones, que Francisco Alvarez, el “flaco” del binomio, un año después tenía el nombramiento de segundo poeta oficial de los “Los Peritos Mercantiles” e integraba, junto conmigo, Pagliano y Ariza, el “cuarteto clásico” que acaparaba la suma de las suspensiones y amonestaciones destinadas a nuestra división.