La barra de los tres golpes

 

 

XIX

 

El fuerte escollo que significaban las mesas examinadoras fue superado airosamente, concluyendo las pruebas a mediados de diciembre, simultáneamente con el comienzo de una época más dura para el mundo estudiantil: la de las persecuciones, tortura y cárcel.

El general Uriburu designó interventor de la Universidad de Buenos Aires a uno de los personajes más combatidos por los, alumnos, en virtud de sus actuaciones anteriores; motivó este nombramiento un acto de protesta coronado por una declaración de huelga general.

Una manifestación quiso llegar hasta la casa de Gobierno, vivando entusiastamente a la democracia, gritando contra la dictadura y pidiendo la libertad del Dr. Alfredo L. Palacios, ya encarcelado; pero la detuvo un cordón policial en Avenida de Mayo y Tacuarí. Roto éste por los manifestantes, fueron nuevamente contenidos por los representantes del orden, revólver en mano; y luego de corridas y persecuciones, numerosos estudiantes fueron cargados en camiones rumbo al Departamento de Policía.

La reducida columna restante siguió por otras calles centrales, hasta que en Corrientes y Callao fue totalmente disuelta por las cargas del escuadrón de caballería, que reapareció esas noches con un ensañamiento inútil contra los ciudadanos.

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