La barra de los tres golpes

Souza asombraba con su arsenal de términos difíciles, que constituían admiración hasta de los profesores, como ocurrió en Física cuando el Ing. Castro Zinny, explicando la balanza, señaló la parte superior que forma ángulo recto con el fiel y enseñó que su nombre correcto era "brazo de la balanza". Una voz bronca, tajante, lo corrigió: "Eso se llama hipomócleo".

Castro Zinny lo miró entre sorprendido e incrédulo; pero Souza no dio tregua: "eso se llama hipomócleo". Aquél, pensando hallarse tal vez en presencia de un desequilibrado mental, exclamó automáticamente aunque sin demostrar convicción: "Sí, puede ser".

Desde ese día, todos los apelativos de Souza fueron borrados, quedando vigente un sólo: "hipomócleo".

 

 

 

XII

 

Debía disputarse el torneo atlético intercolegial, coincidiendo con la próxima primavera.

Nuestra Escuela siempre había sobresalido por la cantidad y calidad de sus atletas. Pocos institutos de enseñanza secundaria poseían tantos "records" intercolegiales.

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