La barra de los tres golpes

 

 

 

XVII

 

 

Llegaban los últimos días de clase.

Terminaron las pruebas del cuarto bimestre, clausurándose el año escolar con un acto realizado en el gran salón, iniciado con las notas del Himno Nacional, coreado por todos, y el discurso del director, sabido entonces de memoria, por comenzar con las sacramentales palabras: "Jóvenes estudiantes ... yo soy vuestro padre espiritual ... esta escuela es vuestro segundo hogar...".

No faltaron, sin embargo, las frases afectuosas de salutación a los flamantes egresados, para quienes expresó venturoso porvenir anhelos de triunfo en su vida profesional.

Para los alumnos de quinto año, aunque sabían de memoria el discurso del director, experimentaban auténtica emoción hacia las palabras dichas en esa oportunidad y escuchaban con gratitud al Dr. Cassagne Serres, que sabía ofrecer, en ese conmovedor instante, un mensaje inolvidable y cariñoso.

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