Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida

En medio de todas estas angustias hacía dos cosas que impedían que me compadeciera, me preocupara y amargara mi vida con resentimientos. En primer lugar, enseñaba música durante doce o catorce horas diarias, con lo que me quedaba muy poco tiempo para pensar en mis desdichas. Después, cuando me sentía inclinada a lamentarme, me decía una y otra vez: "Escucha: mientras puedas caminar, alimentarte y verte libre de todo dolor intenso, debes sentirte la persona más feliz del mundo. Suceda lo que suceda, no olvides esto mientras vivas. ¡Nunca! ¡Nunca!"

Estaba decidida a hacer todo lo posible para crearme una actitud inconsciente y continua de agradecimiento por mis muchas cosas buenas. Todas las mañanas, al despertarme, daba las gracias a Dios de mi decisión de ser, a pesar de todas mis calamidades, la persona más feliz de Warrenton, Missouri. Tal vez no alcancé esta meta, pero conseguí hacer de mí misma la joven más cordial de mi pueblo. Probablemente pocos de mis colegas y amigos se preocupaban menos que yo.

Esta maestra de música de Missouri aplicaba dos de los principios descritos en este libro: se ocupaba demasiado para preocuparse y contaba sus bienandanzas. La misma técnica puede ser útil para usted.

EL ESTOMAGO ME DABA VUELTAS COMO UN TORNADO DE KANSAS

por CAMERON SHIPP

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