Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida

Yacía tendido en aquel banco y esperé una hora, pero los dolores no volvieron. Finalmente comencé a preguntarme qué haría con mi vida si no me muriera. Decidí que no regatearía esfuerzo para recobrar mi salud. Dejaría de agobiarme con tensiones y preocupaciones y recuperaría mis fuerzas.

Esto sucedió hace cuatro años. He recuperado mis fuerzas hasta el punto de que el mismo médico está asombrado de la mejoría que revelan mis cardiogramas. Ya no me preocupo por nada. Tengo un nuevo interés en la vida. Pero puedo decir honradamente que, si no hubiese encarado lo peor —mi muerte inminente—, y tratado después de mejorar las cosas, no estaría hoy aquí probablemente. Si no hubiese aceptado lo peor, creo que hubiera muerto víctima de mi propio pánico.

El señor Ryan vive hoy porque utilizó el principio descrito en la Fórmula Mágica: encarar lo peor que puede suceder.

SOY UN GRAN DESPREOCUPADO

por ORDWAY TEAD

La preocupación es un hábito, un hábito del que me deshice hace tiempo. Creo que mi hábito de no preocuparme es debido en gran parte a tres cosas.

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