Me sentí cada día más fuerte. Despertaba con la dicha del bienestar, la dicha de planear el nuevo día que tenía por delante, la dicha de vivir. Y aunque la depresión se insinuaba en algunos momentos, sobre todo cuando me cansaba, me decía que no debía pensar o razonar conmigo misma en esos momentos... y poco a poco fueron menos hasta desaparecer por completo.
Ahora, un año después, tengo un marido feliz y exitoso, una casa hermosa y puedo trabajar dieciséis horas por día, y tengo tres hijos hermosos, saludables. ¡Y yo misma tengo paz mental!
Carta de Benjamín Franklin a Joseph Priestley que, invitado a actuar como bibliotecario para el conde de Shelburne, pidió consejo a Franklin. En su carta, Franklin explica su método para resolver problemas sin preocuparse.
Londres, 19 de setiembre de 1772
Estimado señor: