Alicia en el País de las Maravillas

Capítulo 6: Cerdo y Pimienta

ALICIA se quedó mirando la casa uno o dos minutos, y preguntándose lo que iba a hacer, cuando de repente salió corriendo del bosque un lacayo con librea (a Alicia le pareció un lacayo porque iba con librea; de no ser así, y juzgando sólo por su cara, habría dicho que era un pez) y golpeó enérgicamente la puerta con los nudillos. Abrió la puerta otro lacayo de librea, con una cara redonda y grandes ojos de rana. Y los dos lacayos, observó Alicia, llevaban el pelo empolvado y rizado. Le entró una gran curiosidad por saber lo que estaba pasando y salió cautelosamente del bosque para oír lo que decían.

Los sirvientes Pescado y Rana

El lacayo-pez empezó por sacarse de debajo del brazo una gran carta, casi tan grande como él, y se la entregó al otro lacayo, mientras decía en tono solemne:

—Para la Duquesa. Una invitación de la Reina para jugar al croquet.

El lacayo-rana lo repitió, en el mismo tono solemne, pero cambiando un poco el orden de las palabras:

—De la Reina. Una invitación para la Duquesa para jugar al croquet.

Después los dos hicieron una profunda reverencia, y los empolvados rizos entrechocaron y se enredaron.

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