El último de los Mohicanos

Capítulo XXXII

Se esparcirán plagas, y proliferarán las piras funerarias,

Hasta que el gran rey, sin mediar pago de rescate,

Envíe a la doncella de ojos negros a Chrysa con los suyos.

Pope.

Mientras Uncas ordenaba a sus fuerzas, el bosque permanecía tranquilo y, a excepción de aquellos que celebraban consejo, parecía tan completamente deshabitado como el día en que surgió de las manos de su Todopoderoso Creador. El ojo humano podía percibir anchas y largas extensiones de tierra más allá de la silueta de los árboles, pero ningún objeto a la vista desentonaba con aquello que era propio de ese pacífico y bucólico escenario.




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