Oliver Twist

Capítulo XIV

Nuevos detalles sobre la estancia de Oliver en casa del señor Brownlow y vaticinio hecho por cierto señor Grimwing acerca del resultado de una comisión encargada al muchacho

Repuesto muy en breve Oliver del desmayo que la brusca exclamación del señor Brownlow le produjera, tanto este señor como la enfermera evitaron con diligencia volver a hablar del retrato, entablando una conversación que no versó ni sobre la historia ni sobre el porvenir de Oliver, sino sobre cosas encaminadas a distraerle sin producirle impresiones fuertes. No se sentó a la mesa a la hora de comer porque su debilidad era mucha para consentirlo; pero cuando a la mañana siguiente bajó al cuarto de la señora que le atendió y cuidó durante su enfermedad, lo primero que hizo fue dirigir una mirada a la pared, llevado de la esperanza de encontrar allí el retrato de la hermosa señora. El retrato había desaparecido.

—No está ya, ¿eh? —dijo la señora Bedwin, que había seguido la dirección de la mirada de Oliver.

—En efecto —contestó Oliver exhalando un suspiro—. ¿Por qué lo han quitado?

—Lo hemos quitado, hijo mío, porque dijo el señor Brownlow que la vista del retrato te hacía daño y acaso retardase tu curación.

—¡Oh, no! ¡No me hacía daño, señora! Me agradaba verlo… ¡Lo quería tanto!

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