Oliver Twist

Capítulo XXXVII

Donde el lector encontrará un contraste bastante frecuente en los matrimonios

Volvemos a encontrar al egregio señor Bumble sentado en el salón recibimiento del hospicio-asilo, clavada la mirada en la estufa que, dada la estación, verano riguroso, no lanzaba más fulgores que los producidos por algunos pálidos rayos de sol que venían a quebrarse en su fría y brillante superficie. Pendía del techo una jaulita de papel para moscas, hacia la cual alzaba de vez en cuando sus ojos el bedel, sumido al parecer en pensamientos sombríos, y cuando reparaba en la indiferencia con que los aturdidos insectos revoloteaban alrededor de la jaula, su pecho dejaba escapar un suspiro muy hondo y se ensombrecía más y más su semblante. El señor Bumble meditaba, y parece que las moscas aprisionadas evocaban en su mente tristes recuerdos relacionados con alguna circunstancia dolorosa de su vida.





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