Los hermanos Karamazov

EL PIE HINCHADO

Aliocha quería ir primero a casa de la señora de Khokhlakov y terminar cuanto antes para no retrasar demasiado su visita a Mitia. La señora de Khokhlakov estaba indispuesta desde hacía una semana. Tenía un pie hinchado y, si bien no guardaba cama, pasaba el día en su gabinete, echada en una meridiana, envuelta en una elegante pero decorosa bata casera. Aliocha había observado, con una sonrisa inocente, que la señora de Khokhlakov coqueteaba, a pesar de su enfermedad: lucía lazos, cintas y otros vistosos adornos. Desde hacía dos meses, el joven Perkhotine la visitaba con frecuencia. Aliocha no había ido a verla desde hacía cuatro días. Al llegar se dirigió a las habitaciones de Lise, que el día anterior había enviado a decirle que fuera a verla sin pérdida de tiempo para tratar de un «asunto de gran importancia». Esta visita interesaba a Aliocha por ciertas razones. Pero mientras la doncella iba a anunciarlo, la señora de Khokhlakov, enterada de su llegada, lo requirió «sólo para un minuto». Aliocha consideró que lo mejor era atender en seguida a la madre, ya que, de lo contrario, estaría mandándole recados a cada momento. Tendida en la meridiana, vestida como para una fiesta, daba muestras de viva agitación. Acogió a Aliocha con gritos de entusiasmo.

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