Yo tengo intención a veces,
para que no pene tanto,
De sacar de allí los gũesos Y echarlos al camposanto.
Otra vez en un boliche
estaba haciendo la tarde;
Cayó un gaucho que hacia alarde
De guapo y peliador;
A la llegada metió
El pingo hasta la ramada,
Y yó sin decirle nada
Me quedé en el mostrador.
Era un terne de aquel pago
Que naides lo reprendía,
que sus enriedos tenía
Con el señor comendante;
Y como era protegido,
Andaba muy entonao,
Y a cualquier desgraciao
Lo llevaba por delante.
!Ah pobre! si el mismo creiba
Que la vida le sobraba;
Ninguno diría que andaba
Aguaitandolo la muerte.