El paraíso perdido

Libro VII

EL ARGUMENTO

A petición de Adán, Rafael relata cómo y para qué fue creado este mundo; cuenta que Dios, tras expulsar a Satán y sus Ángeles del Cielo, declaró su placer en crear otro mundo y otras criaturas que morasen en él. Envía a su Hijo con gloria y cortejo de Ángeles a realizar el trabajo de Creación en seis días. Los Ángeles celebran con himnos la culminación de la obra y la reascensión del Hijo al Cielo.

Desciende Urania[246] de los Cielos, si este nombre

Se te aplica justamente, cuya voz divina,

Si la sigo, por encima del Olimpo me transporta,

Más allá del vuelo de las alas del Pegaso.

Tu esencia, no tu nombre llamo; pues tú,

No de las nueve Musas, no en la cumbre moras

Del antiguo Olimpo, sino que, celígena,

Antes que montaña apareciese o fluyese fuente,

Departías con la eternal Sabiduría,

La Sabiduría hermana tuya, y con ella retozabas

En presencia del Altísimo, al que placía

Tu celeste canto. Por ti conducido

Al Cielo de los Cielos me he aventurado,

Huésped terrenal, y respirado aire empíreo

Que templaste para mí; con igual cuidado, pues,

Tórname a mi elemento natural, no sea

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