Sea ése el sentido y la verdad de tu matrimonio. Pero lo que llaman matrimonio los demasiados, esos superfluos, – ay, ¿cómo lo llamo yo?
¡Ay, esa pobreza de alma entre dos! ¡Ay, esa suciedad de alma entre dos! ¡Ay, ese lamentable bienestar entre dos![116]
Matrimonio llaman ellos a todo eso; y dicen que sus matrimonios han sido contraÃdos en el cielo.
¡No, a mà no me gusta ese cielo de los superfluos! ¡No, a mà no me gustan esos animales trabados en la red celestial!
¡Permanezca lejos de mà también el dios que se acerca cojeando a bendecir lo que él no ha unido![117]
¡No me os riáis de tales matrimonios! ¿Qué hijo no tendrÃa motivo para llorar sobre sus padres?
Digno me parecÃa a mà ese varón, y maduro para el sentido de la tierra: mas cuando vi a su mujer, la tierra me pareció una casa de insensatos.
SÃ, yo quisiera que la tierra temblase en convulsiones cuando un santo y una gansa se aparean.
Éste marchó como un héroe a buscar verdades, y acabó trayendo como botÃn una pequeña mentira engalanada[118]. Su matrimonio lo llama.
Aquél era esquivo en sus relaciones con otros, y seleccionaba al elegir. Pero de una sola vez se estropeó su compañÃa para siempre: su matrimonio lo llama.