-Pero además tengo otra idea -continuó Sandokán, después de un breve silencio -. Tengo el proyecto de insurreccionar a los dayakos de Sarawak. Conservamos todavía entre ellos muy buenos amigos, que son precisa, mente los que nos ayudaron a derrotar a James Brook. Estando nosotros en el mar y aquellos terribles cortacabezas a la espalda, ni el rajá ni el hijo de Suyodhana se encontrarán seguramente muy a gusto.
-¿Crees que el hijo del jefe de los thugs se hallará con el rajá?
-No estoy seguro -respondió Sandokán.
-Ni yo tampoco -añadió Yáñez.
-¿Has enviado el Mariana a alguna parte? -preguntó el hindú.
-Nos espera en el cabo Taniong-Datu, cargado de carbón, municiones y armas.
-¿Habrá llegado ya?
-Eso supongo.
-En ese caso vamos a Sarawak.