Sandokan el Rey del Mar

Capítulo 6 Los misterios de Sir Moreland

Un viejo cabo de cañón, de larga barba canosa y espaldas cuadradas se adelantó, marchando con ese peculiarísimo balanceo de los viejos lobos de mar.

-El capitán que nos ha vendido este barco me ha dicho que eres un artillero famoso -dijo Sandokán, mientras el nostramo se quitaba de la boca un pedazo de cigarro que estaba masticando, después de lo cual saludó gravemente.

-Los ojos todavía los tengo buenos, comandante -contestó el viejo.

-¿Serías capaz de enviar una bala a aquel curioso que trata de aproximarse a nosotros? Si le alcanzas y le echas a pique, tendrás cien dólares de premio.

-No necesito más, comandante, sino que mande usted detenerse al Rey del Mar durante unos cinco minutos.

-Te pido un tiro de maestro.

-¡Probaremos, comandante!

El punto negro, que se había convertido ya en una raya muy visible, entraba entonces en la segunda zona fosforescente.

-¿Lo ves? -le preguntó Sandokán.

-Debe de ser una de esas máquinas que han inventado mis compatriotas y que llevan un torpedo fijo en el asta -dijo el viejo -. Si se acercan son peligrosos.

eXTReMe Tracker