La riqueza de las naciones

Capítulo 4 De cómo el comercio de las ciudades contribuyó al progreso del campo

El crecimiento y las riquezas de las ciudades comerciales e industriales contribuyó al progreso y cultivo de los países donde se encontraban de tres formas diferentes.

En primer lugar, al proporcionar un mercado vasto y accesible para los productos del campo estimularon su cultivo y mejoramiento ulterior. Esta ventaja no se limitó a los países donde se hallaban situadas sino que se extendió en mayor o menor grado a todos aquellos con los que comerciaban. Proporcionaron a todos un mercado para una parte de su producción bruta o elaborada, y consecuentemente estimularon la actividad y el progreso de todos. Pero su propio país, por razones de distancia, obtuvo de dicho mercado el máximo beneficio. Al soportar sus productos primarios un coste menor por el transporte, los comerciantes pudieron pagar a los agricultores un mejor precio por ellos y al mismo tiempo venderlos a los consumidores tan baratos como los que procedían de países más lejanos.



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