¿Qué pasaría si tuvieras un jardín tan hermoso que todos los niños quisieran jugar en él, pero tú no los dejaras entrar? Esta es la pregunta que plantea el cuento «El gigante egoísta» de Oscar Wilde, una obra maestra de la literatura infantil que nos enseña el valor de la generosidad y el amor.

El gigante egoísta es el dueño de un gran jardín, donde hay flores de todos los colores, árboles frondosos y pájaros que cantan. El jardín es tan bonito que los niños del pueblo lo eligen como su lugar favorito para divertirse después de la escuela. Pero un día, el gigante regresa de un largo viaje y se enfada al ver a los niños en su propiedad. Los echa a gritos y construye un muro alto para impedir que vuelvan. El gigante es muy egoísta y solo quiere disfrutar de su jardín él solo.

Pero lo que no sabe el gigante es que su actitud tendrá consecuencias inesperadas. Sin los niños, el jardín se vuelve triste y gris. La primavera no llega nunca, solo hay invierno, nieve, viento y granizo. Los pájaros se van, las flores se marchitan y los árboles no dan frutos. El gigante se siente cada vez más solo y aburrido, y se pregunta por qué su jardín ha perdido su encanto.

Un día, el gigante oye una música dulce y ve que un rayo de sol ilumina una parte de su jardín. Al asomarse por la ventana, descubre que los niños han encontrado un hueco en el muro y han entrado a jugar. Con ellos, la primavera ha vuelto al jardín, llenándolo de vida y color. El gigante se da cuenta de su error y decide bajar a pedirles perdón a los niños y a invitarlos a quedarse. Pero hay un niño que no puede subir a un árbol porque es muy pequeño y llora de tristeza. El gigante lo ayuda a trepar y el niño le da un beso en agradecimiento. El gigante siente que algo cambia en su corazón y se vuelve más bueno y amable.

A partir de entonces, el gigante comparte su jardín con los niños y se divierte con ellos. Pero hay un niño al que no vuelve a ver: el que le dio el beso. El gigante lo extraña mucho y espera su regreso. ¿Quién es ese niño misterioso? ¿Por qué tiene unas marcas en sus manos y en sus pies? ¿Qué le pasará al gigante cuando lo encuentre de nuevo? Estas son algunas de las preguntas que te harás al leer este cuento, que te emocionará y te hará reflexionar sobre el poder del amor.