La Divina Comedia

CANTO II

Oh vosotros que en una barquichuela

deseosos de oír, seguís mi leño

que cantando navega hacia otras playas,

volved a contemplar vuestras riberas:

no os echéis al océano que acaso

si me perdéis, estaríais perdidos.

No fue surcada el agua que atravieso;

Minerva sopla, y condúceme Apolo

y nueve musas la Osa me señalan.

Vosotros, los que, pocos, os alzasteis

al angélico pan tempranamente

del cual aquí se vive sin saciarse,

podéis hacer entrar vuestro navío

en alto mar, si seguís tras mi estela

antes de que otra vez se calme el agua.

Los gloriosos que a Colcos arribaron

no se asombraron como haréis vosotros,

viendo a Jasón convertido en boyero.

La innata sed perpetua que tenía

de aquel reino deiforme, nos llevaba

tan veloces cual puede verse el cielo.

Beatriz arriba, y yo hacia ella miraba;

y acaso en tanto en cuanto un dardo es puesto

y vuela disparándose del arco,

me vi llegado a donde una admirable

cosa atrajo mi vista; entonces ella

que conocía todos mis cuidados,

eXTReMe Tracker