La Divina Comedia

CANTO VI

«Después que Constantino volvió el águila

contra el curso del cielo, que ella antes

siguió tras el esposo de Lavinia,

más de cien y cien años se detuvo

en el confín de Europa aquel divino

pájaro, junto al monte en que naciera;

a la sombra de las sagradas plumas

gobernó el mundo allí de mano en mano,

y así cambiando vino hasta las mías.

César fui, soy el mismo Justiniano

que quitó, inspirado del Espíritu,

lo excesivo y superfluo de las leyes.

Y antes de que a esta obra me entregara,

una naturaleza en Cristo sólo

creía, y esta fe me era bastante;

mas aquel santo Agapito, que fue

sumo pastor, a la fe verdadera

me encaminó con sus palabras santas.

Yo le creí; y claramente veo

lo que había en su fe, como tu ves

en la contradicción lo falso y cierto.

Y en cuanto que eché andar ya con la Iglesia,

por gracia a Dios le plugo el inspirarme

la gran tarea y me entregué de lleno;

y a Belisario encomendé las tropas,

quien gozó tanto del favor del cielo,

eXTReMe Tracker