Domingo, 5
ERA de esperar: Franti, al ser expulsado por el Director, quiso vengarse y esperó a Stardi en una esquina a la salida de la escuela, cuando acostumbra a pasar por allí todos los días con su hermana, a la que acompaña desde su colegio, sito en la calle Dora Grossa. Todo lo presenció mi hermana Silvia al salir de su sección, y llegó a casa muy asustada.
He aquí lo sucedido: Franti, que llevaba puesta su lujosa gorra de hule, aplastada y caída sobre una oreja, fue de puntillas hasta alcanzar a Stardi, y para provocarlo dio un estirón a la trenza de su hermana, pero tan fuerte que casi la hizo caer al suelo. La niña lanzó un grito y su hermano volvió la cara. Franti, que es mucho más alto y fuerte que él, pensaba: «O se aguanta o lo muelo a golpes». Pero Stardi no lo pensó dos veces. A pesar de lo pequeñajo y débil que es, se arrojó de un salto sobre el chulo grandullón y le propinó muchos puñetazos; sin embargo, no le podía y recibió más golpes de los que dio.