Viernes, 16
EN los cinco días transcurridos desde la celebración de la fiesta nacional, ha ido aumentando el calor, subiendo tres grados el termómetro. Puede decirse que ya estamos en pleno verano. Todos empezamos a sentir cansancio y de las caras ha desaparecido el color sonrosado que tenían durante la primavera; se adelgazan las piernas y los cuellos, se tambalean las cabezas y se cierran los párpados. El pobre Nelli, que nota mucho el calor y está muy pálido, se queda algunas veces profundamente dormido con la cabeza sobre el cuaderno; menos mal que Garrone se ocupa de ponerle delante un libro abierto y plantado, para que no le vea el maestro. Crossi apoya su rubia cabeza en el banco, de forma que parece que está separada del cuerpo. Nobis se queja de que somos muchos en la clase y le viciamos el aire.
¡Qué fuerza hay que tener ahora para estudiar!
Cuando miro por las ventanas de mi casa la confortable sombra que proyectan los frondosos árboles, de buena gana iría a recrearme en ella, y no a encerrarme entre cuatro paredes con los bancos de la clase.