Beowulf
2200 Vino a ocurrir con el paso del tiempo 2201 que Híglak cayó en el duro combate. 2202 Las recias espadas —no obstante su escudo— 2203 muerte le dieron a Hárdred también 2204 cuando guerra le trajo a su pueblo valiente 2205 la tropa rabiosa, la gente skilfmga; 2206 atacaron con furia al sobrino de Hérrik. 2207 Entonces Beowulf el inmenso dominio 2208 en sus manos lo tuvo. Bien lo había regido 2209 por años cincuenta —ya era un anciano, 2210 un prudente monarca— cuando vino un dragón 2211 a ejercer su poder en las noches oscuras; 2212 su tesoro guardaba en un túmulo alto, 2213 arriba de un risco; allá iba un sendero 2214 a las gentes oculto. Cierto hombre por él 2215 sin embargo avanzó y habiendo encontrado 2216 el tesoro maldito robó con su mano 2217 una pieza labrada. ¡Bien hizo patente 2218 el hurto mañoso —él estaba dormido— 2219 del hábil ladrón! ¡Conocieron las gentes 2220 de aquellos contornos su furia terrible! 2221 El que así lo irritó no hizo su robo 2222 con ánimo bravo y por propio deseo. 2223 Se trataba del siervo de un noble señor 2224 que huía en apuros de golpe y castigo: 2225 el hombre culpable, buscando refugio, 2226 a la gruta llegó. Pronto el intruso 2227 al ver a la sierpe llenóse de espanto, 2228 mas el pobre proscrito ..........................., 2229 ............................, ................................, 2230 .................................., tentando el peligro 2231 una copa robó. En la cueva se hallaban 2232 las grandes riquezas de tiempos antiguos 2233 que allá en otro tiempo un cierto guerrero 2234 había escondido con mucho secreto, 2235 las joyas queridas, la vieja heredad 2236 de su alto linaje. Ya a todos la muerte 2237 atrapados tenía y el único de ellos 2238 que vivo quedaba, aquel que lloraba 2239 a sus nobles parientes, lo mismo pensó: 2240 que ya poco tiempo podría gozar 2241 de su buen patrimonio. El túmulo estaba, 2242 nuevo y dispuesto, en lo alto de un risco 2243 a la orilla del mar, en sitio seguro. 2244 Puso allá dentro el señor de las joyas 2245 el rico legado, las piezas de oro. 2246 Con pocas palabras entonces habló: 2247 "¡Oh tierra, ten tú, pues los héroes no pueden, 2248 el viejo tesoro! ¡De ti lo arrancaron 2249 valientes antaño! Muerte en la guerra, 2250 en terrible combate, les cupo a mis deudos; 2251 perdieron su vida mis nobles parientes, 2252 la sala dejaron. No tengo a ninguno 2253 que ciña esta espada, que pula esta copa 2254 valiosa y brillante; los bravos murieron. 2255 Del sólido yelmo que el oro embellece 2256 el adorno caerá: duermen aquellos 2257 que bien cuidarían del casco de guerra. 2258 Ahora la malla que el golpe del hierro 2259 al quebrarse el escudo una vez aguantó 2260 como el dueño se pudre; no sale ya nunca 2261 la cota anillada entre gente animosa 2262 cubriendo al guerrero. Ya el arpa no suena, 2263 la tabla del gozo, no vuela festivo 2264 en la sala el halcón ni trota en los patios 2265 el ágil caballo. ¡Se lleva a menudo 2266 la muerte violenta a los seres humanos!" 2267 Así se quejaba con ánimo triste 2268 el que a nadie tenía; de día y de noche 2269 apenado vagaba y luego la muerte 2270 su pecho tocó. Abierto el tesoro 2271 lo vino a encontrar el nocturno enemigo, 2272 el reptil fogueante que hurga las tumbas, 2273 el torvo dragón que en la noche revuela 2274 entre llamas horribles. ¡Mucho le temen 2275 los hombres del mundo! Él busca de siempre 2276 tesoros ocultos; luego este viejo, 2277 sin cosa que gane, los guarda y vigila.

 

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