El Doomshape, llamado el destructor, en Egipto, fue visto en todas las tierras paradero.
En color era brillante y ardiente, en el aspecto que cambiaba e inestable.
Torció sobre sí mismo como una bobina, como el agua que burbujeaba en una piscina de una fuente subterráneo, y todos los hombres convienen que era una vista más temible.
No era un gran cometa o una estrella aflojada, estando más bién un cuerpo ardiente de la llama.
Sus movimientos en colmo eran lentos, debajo de él remolinaron de la manera del humo y seguía habiendo cerca del sol cuya cara ocultó.
Había una rojez sangrienta sobre ella, que cambió como ella pasó a lo largo de su curso.
Causó muerte y la destrucción en su levantamiento y determinación.
Barrió la tierra con lluvia gris de la escoria y causó muchas plagas, hambre y otros males.
Mordió la piel de hombres y de la bestia hasta que se abigarraran con los dolores.
La tierra fue preocupada y sacudió, las colinas y las montañas movidas y osciladas.
Los cielos smoke-filled oscuros arquearon sobre la tierra y un gran aullido vino a los oídos de hombres, llevados a ellos sobre las alas del viento.