Cantar de mío Cid

Ya cargados del botín sus caballeros llegaban, déjanselo a Mío Cid, que no lo aprecian en nada.

Mientras iban los doscientos tres hombres de la vanguardia corriendo tierras sin miedo y mucho las saqueaban.

 

Hasta Alcalá se pasea la bandera de Minaya

y desde allí dan la vuelta otra vez con la ganancia por río Henares arriba y junto a Guadalajara.

De la correría aquella mucho botín se llevaban tanto ganado de ovejas, tanto ganado de vacas, tantas ropas de valor, tantas riquezas sin tasa.

 

Muy orgullosa se yergue la bandera de Minaya

y no hay nadie que se atreva a atacarlos por la espalda.

Con rico botín volvía esa valiente compaña.

Miradlos ya en Castejón donde Mío Cid estaba.

El Campeador guardado deja el castillo y cabalga, a recibirlos salía, le acompaña su mesnada y con los brazos abiertos acoge el Cid a Minaya.

“¿Estáis aquí ya, Álvar Fáñez, el de la atrevida lanza?

En vos puse con razón, al mandaros, mi esperanza.

El botín mío y el vuestro júntense, y de la ganancia os daré la quinta parte, si vos la queréis Minaya.”

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