LA SALIDA DEL ALMA HACIA LA LUZ DEL DÍA
Yo soy el Hoy.
Yo soy el Ayer.
Yo soy el Mañana.
Desde mis repetidos Nacimientos
permanezco joven y vigoroso.
Yo soy el alma divina y misteriosa
que, en otra época, creó a los dioses
y cuya esencia secreta nutre
a las divinidades del Duat, del Amenti y del Cielo.
Yo soy el Timón del Oriente,
señor de los dos Rostros divinos.
Mi fulgor ilumina a todo ser resucitado
que, no obstante pasar, en el Reino de los Muertos,
por transformaciones sucesivas
busca su senda afanosamente
a través de la Región de las Tinieblas.
¡Oh vosotros, Espíritus con cabeza de gavilanes,
de ojos imperturbables,
vosotros que como suspendidos allá en lo alto
escucháis con atención las palabras mágicas
hechas verso por los acompañan a mi Atáud
yendo hacia su morada secreta!