PARA VOLVER PERFECTO EL ESPÍRITU SANTIFICADO DEL DIFUNTO
¡Salve, oh dios! Que brillas y resplandeces
de pie en tu santuario. Tú das la alegría
de los incontables años a los que te aman.
Tú haces que terminen, según tu deseo,
las muchas Metamorfosis en la Barca de Khepra, de los Seres de luz.
Has derribado al demonio Apopi.
Y vosotros, oh hijos de Keb, ¡derribaréis a mis enemigos!
Sentados en la Barca de Ra ¡vosotros los destruiréis!
¡Horus cortará sus cabezas! Ellas se convertirán
en el Cielo como otros tantos pájaros que revolotean…
Sus partes inferiores se parecerán a animales de la Tierra,
a peces en los Lagos…
Todos los demonios, en verdad, machos o hembras,
yo los destruiré: a los que recorren el Cielo,
a los que habitan la Tierra y también a los que alcanzan las Estrellas…
Es así que Thoth, hijo de Aner, sale del Amenti
mientras yo le miro hacer, silencioso y mudo.