PARA NO MORIR POR SEGUNDA VEZ
¡Yo odio, en realidad, al País del Este!
¡Que no me lleven
hacia los subterráneos de tortura!
Porque yo no cometí acciones aborrecidas por los dioses.
Y cuando atravesé por la región de Mesket
fui reconocido puro.
El día de mis funerales
el dios Ver-er-djer me concede la santificación
frente al Señor de los Mundos.