La Biblia

8 La tierra tembló; También destilaron los cielos ante la presencia de Dios; Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.

9 Abundante lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad exhausta tú la reanimaste.

10 Los que son de tu grey han morado en ella; Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.

11 El Señor daba palabra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.

12 Huyeron, huyeron reyes de ejércitos, Y las que se quedaban en casa repartían los despojos.

13 Bien que fuisteis echados entre los tiestos, Seréis como alas de paloma cubiertas de plata, Y sus plumas con amarillez de oro.

14 Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí, Fue como si hubiese nevado en el monte Salmón.

15 Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto el de Basán.

16 ¿Por qué observáis, oh montes altos, Al monte que deseó Dios para su morada? Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.

17 Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su santuario.

18 Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.

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