3 Vivos nos habrían tragado entonces, Cuando se encendió su furor contra nosotros.
4 Entonces nos habrían inundado las aguas; Sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente;
5 Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas.
6 Bendito sea Jehová, Que no nos dio por presa a los dientes de ellos.
7 Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; Se rompió el lazo, y escapamos nosotros.
8 Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, Que hizo el cielo y la tierra.
Dios protege a su pueblo
Cántico gradual.
1 Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, Que no se mueve, sino que permanece para siempre.
2 Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, Así Jehová está alrededor de su pueblo Desde ahora y para siempre.
3 Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; No sea que extiendan los justos sus manos a la iniquidad.
4 Haz bien, oh Jehová, a los buenos, Y a los que son rectos en su corazón.