10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavÃa agradara a los hombres, no serÃa siervo de Cristo.
El ministerio de Pablo
11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mÃ, no es según hombre;
12 pues yo ni lo recibà ni lo aprendà de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
13 Porque ya habéis oÃdo acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaÃsmo, que perseguÃa sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;
14 y en el judaÃsmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.
15 Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,
16 revelar a su Hijo en mÃ, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,
17 ni subà a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volvà de nuevo a Damasco.
18 Después, pasados tres años, subà a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecà con él quince dÃas;
19 pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.