PARA Emma fue un gran consuelo ver que Harriet estaba tan deseosa como ella de evitar encontrarse. Sus relaciones ya eran bastante penosas por carta. ¡Cuánto peor hubieran sido, pues, de haber tenido que verse!
Como puede suponerse Harriet se expresaba prácticamente sin hacer ningún reproche, sin dar la sensación de que se considerase ofendida; y sin embargo Emma creía advertir en su actitud un cierto resentimiento o algo que estaba muy próximo a ello, y que aún aumentaba sus deseos de que no tuvieran un trato más directo… Quizá todo eran imaginaciones suyas; pero ni un ángel hubiese dejado de sentir cierto resentimiento ante un golpe como aquél.