El equilibrio entre acciones y bonos debe ajustarse a la coyuntura del mercado, manteniendo una proporción que varÃe del 25 % al 75 % para cada componente, dependiendo de la valoración de las condiciones del mercado. En épocas donde las acciones muestran un nivel elevado de riesgo o están sobrevaloradas, conviene que el peso de los bonos aumente hacia el 75 %. En momentos en que las acciones están infravaloradas, el peso de este tipo de activos puede incrementarse hasta el 75 %, aprovechando la oportunidad de comprar a precios bajos. Para los que desean evitar la complejidad de realizar estos ajustes de manera activa, la estrategia de "plan de inversión constante" permite invertir la misma cantidad en acciones cada mes o trimestre, de forma que el costo promedio de adquisición se suavice a lo largo del tiempo, comprando más acciones cuando los precios son bajos y menos cuando los precios son altos, optimizando asà el promedio general de costo de la cartera.
Graham introduce este concepto esencial que sugiere comprar activos a un precio suficientemente bajo para minimizar el riesgo y asegurar una ganancia.