El inversor defensivo debe diversificar su cartera en acciones y bonos de alta calidad para reducir riesgos y mantener estabilidad. El inversor defensivo debe estructurar su cartera cuidadosamente, manteniendo una sólida diversificación entre acciones de empresas de calidad y bonos de alta categorÃa para minimizar el riesgo y lograr estabilidad. Al distribuir su inversión en ambas clases de activos, se asegura una protección frente a las fluctuaciones del mercado y la inflación. Las acciones seleccionadas deben pertenecer a empresas consolidadas con una historia de rentabilidad y estabilidad financiera. En particular, se recomienda enfocarse en acciones ordinarias de empresas de gran capitalización, que sean parte de Ãndices confiables, como el Dow Jones o el S&P 500, donde la posibilidad de pérdida de valor por movimientos de mercado es menor debido a su sólida posición en el sector.