Sabía lo que venía.

Sabía que la próxima batalla no sería por territorio.

Sería por el alma de toda la humanidad.

Séptima Parte: La Luz que Rompe las Cadenas

(En el abismo de la desesperación, un nuevo ideal surge para desafiar al fin de todas las cosas.)

La tormenta rugía sobre Urithiru, un presagio de la oscuridad que se avecinaba. Las traiciones recientes, las pérdidas, los fracasos, todo parecía empujar a los Radiantes hacia un abismo inevitable.

Pero en el borde de la desesperación, la verdadera luz comenzó a encenderse.

Kaladin Stormblessed, marcado por la culpa y la fatiga, enfrentaba su prueba más cruel. Atrapado entre la vida y la muerte, entre proteger a quienes amaba o caer en el olvido, se encontraba suspendido en un instante eterno. Su espíritu, quebrado por el peso de sus fracasos, flotaba en un espacio gris donde las voces de quienes no pudo salvar le susurraban.

—Fallaste —dijo una niña con voz rota.

—No eres suficiente —gruñó un compañero muerto.

Kaladin cerró los ojos, listo para dejarse ir.

Pero entonces, Syl se materializó frente a él, más brillante que nunca.