Durante varios meses vivà tranquilamente en mi casa, disfrutando de la libertad, del descanso y del verdadero cariño que tanto tiempo me habÃan faltado. Para recuperar lo que habÃa perdido en el curso de mi estancia en la mansión de Wellwood y mejorar mis conocimientos con vistas al futuro, proseguà intensamente con mis estudios.
La salud de mi padre continuaba siendo muy delicada, aunque no peor que cuando le vi por última vez, y me sentà feliz de poder animarle un poco con mi regreso y de procurarle cierto placer cantándole sus canciones favoritas.