Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida

Y esto es lo que hizo precisamente Jack Dempsey. ¿Cómo? ¿Diciéndose una y otra vez: "No voy a preocuparme por el pasado"? No, porque esto le hubiera inducido a pensar en sus pasadas preocupaciones. Lo hizo aceptando y dando por buena su derrota y concentrándose en planes para el futuro. Lo hizo regenteando el Restaurante Jack Dempsey del Broadway y el Gran Hotel del Norte de la Calle 57. Lo hizo organizando combates de boxeo y dando exhibiciones. Lo hizo ocupándose de tal modo en algo constructivo que no tuvo ya tiempo ni ganas para preocuparse por el pasado. "Mi vida ha sido más feliz en estos últimos diez años que en mis tiempos de campeón", dijo. Dempsey me dijo que no había leído muchos libros; pero sin saberlo, seguía el consejo de Shakespeare: "Los hombres sensatos no se sientan para lamentar sus pérdidas, sino que procuran animosamente reparar sus daños". Cuando leo historia y geografía y observo a las personas sometidas a duras circunstancias, suelo asombrarme y entusiasmarme constantemente ante la capacidad de algunos -seres para eliminar sus preocupaciones y tragedias y continuar siendo felices. En una ocasión hice una visita a Sing Sing y lo que más me asombró fue que los presos parecían ser tan felices como la persona media del exterior. Comenté esto con Lewis E. Lawes —el alcaide de Sing Sing—, y me dijo que, cuando los criminales llegan a Sing Sing, se muestran por lo general resentidos y amargados. Pero, al cabo de unos cuantos meses, la mayoría de los más inteligentes borran de su espíritu sus desdichas, se adaptan, aceptan la prisión con calma y tratan de sacar el mayor provecho de su situación. El alcaide Lawes me habló de un preso de Sing Sing —un jardinero— que cantaba mientras cultivaba verduras y flores tras los muros de la prisión. Este preso de Sing Sing que cantaba mientras cultivaba las flores tenía mejor juicio que la mayoría de nosotros. Sabía que

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