Por lo tanto, para cultivar una actividad mental que nos procure la paz y la felicidad, hagamos algo en relación con la Regla 6:
Cuando el destino nos entregue un limón, tratemos de convertirlo en limonada.
Cuando comencé a escribir este libro ofrecí un premio de doscientos dólares para el relato más provechoso y alentador sobre "Cómo suprimí la preocupación".
Los tres arbitros de este concurso fueron: Eddie Rickenbacker, presidente de la Eastern Air Lines; el Dr. Stewart
W. McClelland, presidente de la Lincoln Memorial University; y H. W. Kaltenborn, analista de noticias por radio. Sin embargo, recibimos dos relatos tan soberbios que los árbitros fueron incapaces de elegir entre ellos. Ante esto, dividimos el premio. He aquí uno de los relatos que empataron para el primer premio; es el relato de C. R. Burton, que trabajaba para la Whizzer Motor Sales de Springfield, Missouri.