Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida

Cuando desperté a la mañana siguiente me sorprendí de encontrarme vivo. Al bajar por las escaleras oí que cantaban en una capillita donde todas las mañanas hacían ejercicios de devoción. Todavía recuerdo el himno que se cantaba: Dios cuidará de ti. Fui a la capilla y escuché con ánimo sombrío el canto, un comentario sobre las Escrituras y las oraciones. De pronto sucedió algo. No puedo explicarlo. Sólo puedo llamarlo un milagro. Sentí como si me sacaran bruscamente de las tinieblas de una prisión a la cálida y brillante luz del sol. Sentí como si me transportaran del infierno al paraíso. Sentí el poder de Dios como nunca lo había sentido antes. Comprendí entonces que sólo yo era responsable de mis zozobras. Comprendí que Dios estaba allí para ayudarme. Desde aquel día mi vida ha estado libre de preocupaciones. Tengo setenta y un años, y los veinte minutos más dramáticos y gloriosos de mi existencia fueron los que pasé aquella mañana en la capilla: "Dios cuidará de ti".

J. C. Penney aprendió a librarse de la preocupación de modo casi instantáneo, porque descubrió el remedio perfecto.

VOY AL GIMNASIO O DOY UN PASEO AL AIRE LIBRE

por el coronel EDDIE EAGAN

Magistrado de Nueva York, Rhodes Scholar, ex presidente de la Comisión de Atletas del estado de Nueva York, ex campeón mundial olímpico de pesos semipesados.

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