Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida

Puesto que la pesca con salmoneras se hace de acuerdo con las mareas, yo solía trabajar durante veinte horas corridas. Llevé ese ritmo durante semanas. Hacía lo que ningún otro quería hacer. Lavaba el barco. Me ocupaba del aparejo. Cocinaba en un brasero a leña y en una cabina muy pequeña donde el calor y los gases del motor me enfermaban. Lavaba los platos. Reparaba el barco. Transportaba los salmones a una lancha que los llevaba a una fábrica de conservas. Tenía siempre los pies mojados en las botas de goma, llenas de agua: no tenía tiempo de vaciarlas. Pero todo eso era un juego comparado con el trabajo principal, que consistía en tirar de lo que se llama la ' línea de corcho". Esta operación significa afirmar los pies en la popa del barco y tirar de las líneas para subir la red. Al menos eso es lo que se supone que debe hacer uno. Pero la red era tan pesada que por más que tirara de ella no se movía. Lo que en verdad ocurría era que al tratar de subir la red, empujaba el barco hacia ella. Lo empujaba con mis propias fuerzas, puesto que la red no se movía. Lo hice durante semanas inacabables. Y a decir verdad, eso casi acabó conmigo. Me dolía el cuerpo entero. Siguió doliéndome durante meses.




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