Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida

Para solucionar esto, acudo al recurso de trazar una línea en una hoja de papel para dividirla en dos columnas. Sobre una de ellas escribo A favor, sobre la otra, En contra. Después, durante tres o cuatro días de reflexión, escribo bajo los diferentes títulos sugerencias de los motivos que en momentos diferentes se me ocurren a favor o en contra de mi resolución. Cuando los he reunido todos, emprendo la tarea de sopesar su respectiva importancia, y cuando encuentro dos (uno a cada lado) que parecen iguales, los suprimo. Si encuentro un motivo a favor igual a dos en contra, suprimo los tres. Si juzgo que dos motivos a favor son iguales a unos tres en contra, suprimo los cinco. Y procediendo así puedo descubrir dónde reside el equilibrio. Y si tras un día o dos de nuevas reflexiones nada ocurre de importancia a uno u otro lado, llego a una resolución de acuerdo con eso. Y aunque el peso de los motivos no puede calcularse con la precisión de las cantidades algebraicas, cuando cada uno de ellos puede ser analizado por sí mismo y el conjunto se muestra ante mí, creo que soy capaz de juzgar mejor y es menos probable que tome una resolución apresurada. Y en verdad me ha sido de gran utilidad esta suerte de ecuación en lo que podría llamarse un álgebra moral o prudencial.

Deseando sinceramente que podáis resolver lo mejor, os saludo, mi estimado amigo, con todo mi afecto...

Ben Franklin

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