Antón Chéjov, poco antes de morir, escribe «El Jardín de los Cerezos» como reflejo de su época. Hoy, sin duda, es también reflejo de la nuestra. Las coincidencias son relevantes y nos invitan, como ciudadanos comprometidos con nuestro tiempo, a revisitarlas y reflexionar con ellas sobre el sentido de nuestro modelo vital.