Se conocen hoy varios métodos utilizados para hacer desaparecer definitivamente a los prisioneros de la ESMA.
Primeramente se comentaba que los trasladados eran llevados a cárceles donde permanecerÃan detenidos legalmente, aunque los oficiales de Inteligencia afirmaron en varias oportunidades que sólo vivirÃan aquellos "elegidos para el proceso de recuperación".
Con el tiempo, los secuestrados fueron deduciendo y conociendo el significado de la palabra "traslado". Una de las sobrevivientes de la ESMA relata los preparativos de un caso que ratifica lo que ya se presumÃa:
"En un traslado que se realizó en febrero-marzo de 1977 se llevaron a un hombre llamado 'Tincho'. Lo bajan al sótano, le aplican la vacuna y un rato después comienza a sentirse sin fuerzas y marcado. Oye cómo los demás vomitan e incluso se desmayan y son sacados a la rastra. Una vez, después de un traslado a unas compañeras les llamó la atención encontrar en el piso del sótano marcas de zapatos de goma arrastrados (evidentemente ese dÃa no habÃan realizado bien la habitual limpieza). A Tincho lo sacaron con los demás por una puerta a la derecha de la entrada principal del sótano.