El concepto de “triada oscura” —maquiavelismo, psicopatía y narcisismo— es ilustrativo de esta diferencia. Estos rasgos, estudiados en la psicología científica como disfuncionales o potencialmente dañinos, se recontextualizan en la psicología oscura como herramientas útiles y necesarias para ejercer influencia. Donde la psicología científica vería un límite ético, la psicología oscura ve una oportunidad de manipulación. Así, se aprovechan las teorías y técnicas de grandes escuelas psicológicas (como el conductismo o el psicoanálisis) para entrenar la mente en el arte de la persuasión y la manipulación, poniendo en práctica conocimientos sobre las emociones, los pensamientos y las reacciones humanas de una manera completamente estratégica.
Mientras que la psicología científica se enfoca en el bienestar individual y social, la psicología oscura se convierte en un método instrumental, una herramienta para alcanzar objetivos que se alinean con las intenciones del manipulador, sin limitarse por cuestiones éticas o morales.