El Principito

Capítulo 24

ERA el octavo día de mi avería en el desierto y había escuchado la historia del comerciante bebiendo la última gota de mi provisión de agua.

—¡Ah —le dije al principito—, son muy bonitos tus cuentos, pero yo no he reparado mi avión, no tengo nada para beber y sería muy feliz si pudiera irme muy tranquilo en busca de una fuente!

—Mi amigo el zorro… me dijo…

—No se trata ahora del zorro, muchachito…

—¿Por qué?

—Porque nos vamos a morir de sed…

No comprendió mi razonamiento y replicó:

—Es bueno haber tenido un amigo, aun si vamos a morir. Yo estoy muy contento de haber tenido un amigo zorro.

«Es incapaz de medir el peligro —me dije—. Nunca tiene hambre ni sed y un poco de sol le basta…».

El principito me miró y respondió a mi pensamiento:

—Tengo sed también… vamos a buscar un pozo…

Tuve un gesto de cansancio; es absurdo buscar un pozo, al azar, en la inmensidad del desierto. Sin embargo, nos pusimos en marcha.

eXTReMe Tracker