Oliver Twist

—¿Pero no quiere usted verle antes, señorita? —preguntó Giles, tan orgulloso como si Oliver fuera algún pájaro de raro plumaje herido por el plomo de su escopeta.

—¡Por nada del mundo! —replicó la joven—. ¡Pobre hombre! ¡Trátelo con dulzura, Giles, aunque no sea más que por consideración a mí!

El criado miró a su señorita con tanto orgullo y admiración como si su propia hija hubiera sido, e inclinándose seguidamente sobre Oliver, le subió a su habitación con cuidado y solicitud tan tiernas como no hubiera podido excederlas una mujer.









eXTReMe Tracker