Tiempos difíciles

CAPITULO V

ENCONTRADA 

Un día y una noche otra vez, un día y una noche otra vez. Y Esteban Blackpool sin aparecer. ¿Dónde se encontraba y por qué no regresaba?

Cecí iba todas las noches a la habitación de Raquel, y permanecía con ella en el cuartito pequeño y limpio.

Raquel trabajaba durante todo el día, como no tiene más remedio que trabajar la gente de su clase, cualesquiera que sean sus preocupaciones.

A las serpientes de humo les tenía sin cuidado quién se perdía o era encontrado, quién se desgraciaba o se beneficiaba; los elefantes, locos de melancolía, al igual que los hombres de realidades tangibles, no rompían ninguna de sus rutinas, ocurriese lo que ocurriese. Un día y una noche otra vez, un día y una noche otra vez. La monotonía era siempre continua. Hasta la misma desaparición de Esteban Blackpool entraba en la corriente general de las cosas, y se transformaba en una interrogación tan monótona como cualquiera de las máquinas de Coketown.

-Dudo mucho -decía Raquel- qué haya en toda la ciudad ni siquiera veinte personas que sigan teniendo fe en el pobre y querido muchacho.

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