¿Y LAS ESPOSAS? Las esposas prosperan. A propósito: me preguntarán por qué escribo las esposas en lugar de escribir las mujeres. Éste es el gran estilo, señores. Por esa razón. El burgués, desde que comienza a hablar elegantemente, dice siempre «mi esposa». Y aun cuando entre las demás clases sociales se dice sencillamente, como en todas partes, «mi mujer», vale más seguir el espíritu nacional de la mayoría y el gran estilo. Esto es lo más característico. Además hay todavía otros nombres. Cuando el burgués se enternece y quiere engañar a su mujer, la llama siempre Mabiche. Inversamente, la mujer, amable en los accesos de graciosa locura, llama a su burgués Bribri, con lo que el burgués queda por su parte contento.