La Dama de las Camelias

Capítulo XIX

En las tres primeras cartas mi padre se preocupaba por mi silencio y me preguntaba la causa; en la última me daba a entender que le habían informado de mi cambio de vida y me anunciaba su próxima llegada.

Siempre he sentido un gran respeto y un sincero afecto por mi padre. Así que le respondí que un pequeño viaje había sido la causa de mi silencio, y le rogaba que me avisara del día de su llegada para poder salir a recibirlo.

Di a mi criado mi dirección en el campo, encargándole que me llevara la primera carta que llegara timbrada de la ciudad de C…, y volví a salir enseguida para Bougival.

Marguerite me esperaba a la puerta del jardín.

Su mirada expresaba inquietud. Me saltó al cuello y no pudo evitar decirme:

—¿Has visto a Prudence?

—No.

—¡Has estado mucho tiempo en París!

—Es que he recibido unas cartas de mi padre y he tenido que contestarle.

Unos instantes después entró Nanine muy sofocada. Marguerite se levantó y habló con ella en voz baja.

Cuando salió Nanine, Marguerite volvió a sentarse a mi lado me dijo cogiéndome la mano:

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